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lunes, 19 de abril de 2010

Restos arqueológicos del Castillo de Susana

Siguiendo con la entrada que publicamos sobre el Castillo de Susana en esta ocasión mostramos los escasos vestigios que podemos encontrar en el cerro de el Castellón. Apenas unos amontonamientos de piedra que denotan antiguas murallas y muros de viviendas, restos de tejoletas de barro, grandes bloques de piedra a modo de cimientos y poco más.
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Amontonamiento de piedras, restos de muralla o viviendas

Pequeño muro todavía en pie, escondido entre la vegetación

El pequeño muro de la imagen anterior mide unos 3-4 metros de largo y menos de 1 metro de alto, está escondido entre la vegetación y es difícil localizarlo (suerte que Ángel tiene ojo de águila para ir "viéndolo todo"). El estado del muro es de completa ruina y no le falta mucho para desmoronarse completamente y formar otro amontonamiento de piedras más.

Restos de barro y cerámica

Desconocemos el uso de las pequeñas placas de barro que se encuentran esparcidas y semienterradas por el cerro, parecen tener forma de teja, pero podrían servir tanto para cubrir tejados como revestimiento de las casas o algunas haber formado parte de vasijas, ánforas y demás menaje de la época.
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Meseta donde se asentaba el castillo, los grandes bloques de piedra hacían las veces de cimientos
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En la vertiente más abrupta del cerro, donde las rocas forman vertiginosos acantilados, también existe al parecer una escala para acceder a la cumbre tallada a la roca, pero hasta el momento hemos sido incapaces de dar con este interesante vestigio.
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Nos gustaría que si alguien con más información sobre este enclave nos lee, nos informase más a fondo sobre el desaparecido Castillo de Susana. Para así poder compartirlo con todos los interesados por la historia de nuestro pueblo, Valdepeñas de Jaén.
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Saludos y gracias por seguir visitando Al Sur de Jaén -Valdepeñas de Jaén-
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Si quereis más información del Castillo de Susana visitar este ENLACE


sábado, 3 de abril de 2010

Puerto de la Nava y Cerro del Cagasebo

Hay lugares mágicos que hechizan con una sola visita y sin lugar a dudas La Nava de la Pandera es uno de esos rincones. Ya sea por su tranquilidad casi fantasmal, por su verdor exuberante, por la niebla que suele rodearla de un halo de misterio, por sus corpulentos pinos carrascos o por verte rodeado de altas cumbres. Lo cierto que el lugar no deja indiferente a nadie...pasear por sus pinares es toda una gozada.


Bosque de pinos carrascos en La Nava, entorno mágico...

En esta ocasión ascendimos al Puerto de La Nava desde otro puerto, el de las Coberteras y en lugar de seguir hasta las cumbres de la Pandera decidimos desviarnos hacia la derecha buscando la cima roma del Cagasebo para contemplar las vistas del Embalse y del valle del Quiebrajano desde otra perspectiva distinta.

Fuente de La Nava

En el Puerto de la Nava podemos disfrutar de una fuente de aguas gélidas deliciosa, situada a casi 1500 metros de altitud. Esta fuente es el inicio del Barranco de Miradores, un arroyo de aguas intermitentes que se seca en verano y años secos, no así su fuente, que permanece todo el año.
Ascendiendo al Cagasebo entre aulagas
Desde la fuente tomamos campo a través la subida por la derecha, que nos llevará en unos 20 minutos al cerro del Cagasebo, una elevación de 1588 m. de formas suaves y cubierta de aulagas, algún pino aislado y pequeños bosquetes de encinas jóvenes. Las vistas desde la cumbre no son vertiginosas pero si muy amplias, pudiendo divisar La Nava, el Embalse, los Llanos de Palomares, la Cruz de la Chimba, Matamulos, Jaén, Sierra Mágina, La Pandera...y eso que el día que escogimos para subir fue bastante nublado y con algo de niebla.


Desde las proximidades de la cumbre del Cagasebo
La Nava y Miradores

El Pantano visto desde el Cagasebo

Narcissus longispathus

Por último destacar que fuimos recompensados con la presencia de cientos de flores del Narcissus longispathus (ver enlace) en pleno auge de su floración, cubriendo de pequeños "corralillos" amarillos el suelo del bosque. Una auténtica gozada poder disfrutar de esta joya botánica en este espacio tan bello como es La Nava.

Os animo a visitar esta zona y contemplar la variedad paisajística de esta ruta, que en unos pocos kilómetros de recorridos nos presenta bosques de pino carrasco, encinares, prados verdes de alta montaña, zonas casi despobladas de vegetación, aulagares, cortados rocosos...