En estos días se pueden ver en distintos prados de nuestras sierras multitud de gente mirando al suelo, navaja en mano y cesta al brazo. Se trata de la recolección de la preciada seta de cardo (Pleurotus eryngii), una auténtica delicia culinaria en nuestro pueblo de Valdepeñas de Jaén, al igual que en muchos sitios de la geografía hispana.
Es ésta una seta de tamaño pequeño-medio y de coloración que va del ocre pálido hasta casi el negro en el sombrero y de láminas bastante pálidas y blanquecinas, aunque depende de la zona y de las variaciones de las poblaciones aisladas de Pleurotus eryngii.
Quizás sería necesario mencionar que el hongo propiamente dicho vive bajo el suelo y la llamada seta es solamente su "órgano reproductor" por el cual expulsa al exterior las esporas, que son por así decirlo las "semillas" que darán lugar a nuevos hongos y que aseguran la permanencia de la especie.
Setas junto a un cardo seco
Se desarrolla sobre las raíces muertas del cardo corredor (Eryngium campestre). Suele crecer en el otoño, en los meses de octubre y noviembre, particularmente si las precipitaciones son importantes y se producen temperaturas suaves. A veces puede salir en primavera (marzo y abril), pero siempre en menor densidad que en los meses otoñales.
Es habitual escuchar entre los más viejos del lugar, y los no tan viejos, la frase de: ¡Antiguamente si que se cogían setas, tantas cómo querías.! Y cierto es que la tendencia de esta especie en nuestra Sierra Sur es de un acusado declive. El aumento de los vehículos todoterreno (que nos hacen llegar a sitios recónditos cómodamente), la recolección de setas diminutas (los llamados "botones") que apenas han producido esporas, el uso de bolsas de plástico que evitan la dispersión de las esporas, la recolección masiva, el cambio en los usos tradicionales del suelo y otros factores están acabando poco a poco con las poblaciones de este hongo y relegándolo a zonas muy localizadas, los llamados "roales" y que cada setero mantiene en secreto.
Los hongos, como nuestra querida seta de cardo, tienen un papel fundamental en el ecosistema donde habitan, ya que se encargan de reciclar aquellos desechos animales y vegetales que hay en el suelo y aprovechan una energía que de otro modo se perdería. Son junto con algunos insectos, lombrices, microorganismos, entre otros, los encargados de descomponer y aprovechar los detritos y volveros a incluir en la cadena alimenticia.
Para su conservación podemos ayudar con gestos muy sencillos como son:
- Usar una cesta o red de malla para recolectarlas, las bolsas no dejan que ayudemos a repartir las esporas.
- No recolectar ejemplares excesivamente pequeños (los "botones"), hay que dejarlos completar su ciclo reproductor; además a los pocos días serán más grandes.
- Evitar entrar en los campos con los vehículos, para eso están los caminos.
- Usar siempre una navaja, NUNCA arrancar la seta del pie, nos cargaremos el micelio y la perderemos para el año siguiente.
Esperemos que entre todos seamos capaces de conservar esta joya gastronómica y biológica y podamos seguir degustándolas revueltas con huevos, con ajillos, con "salsilla", en potaje, a la brasa...Su conservación y el disfrute en el futuro de la seta de cardo está en nuestras manos.