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sábado, 3 de abril de 2010

Puerto de la Nava y Cerro del Cagasebo

Hay lugares mágicos que hechizan con una sola visita y sin lugar a dudas La Nava de la Pandera es uno de esos rincones. Ya sea por su tranquilidad casi fantasmal, por su verdor exuberante, por la niebla que suele rodearla de un halo de misterio, por sus corpulentos pinos carrascos o por verte rodeado de altas cumbres. Lo cierto que el lugar no deja indiferente a nadie...pasear por sus pinares es toda una gozada.


Bosque de pinos carrascos en La Nava, entorno mágico...

En esta ocasión ascendimos al Puerto de La Nava desde otro puerto, el de las Coberteras y en lugar de seguir hasta las cumbres de la Pandera decidimos desviarnos hacia la derecha buscando la cima roma del Cagasebo para contemplar las vistas del Embalse y del valle del Quiebrajano desde otra perspectiva distinta.

Fuente de La Nava

En el Puerto de la Nava podemos disfrutar de una fuente de aguas gélidas deliciosa, situada a casi 1500 metros de altitud. Esta fuente es el inicio del Barranco de Miradores, un arroyo de aguas intermitentes que se seca en verano y años secos, no así su fuente, que permanece todo el año.
Ascendiendo al Cagasebo entre aulagas
Desde la fuente tomamos campo a través la subida por la derecha, que nos llevará en unos 20 minutos al cerro del Cagasebo, una elevación de 1588 m. de formas suaves y cubierta de aulagas, algún pino aislado y pequeños bosquetes de encinas jóvenes. Las vistas desde la cumbre no son vertiginosas pero si muy amplias, pudiendo divisar La Nava, el Embalse, los Llanos de Palomares, la Cruz de la Chimba, Matamulos, Jaén, Sierra Mágina, La Pandera...y eso que el día que escogimos para subir fue bastante nublado y con algo de niebla.


Desde las proximidades de la cumbre del Cagasebo
La Nava y Miradores

El Pantano visto desde el Cagasebo

Narcissus longispathus

Por último destacar que fuimos recompensados con la presencia de cientos de flores del Narcissus longispathus (ver enlace) en pleno auge de su floración, cubriendo de pequeños "corralillos" amarillos el suelo del bosque. Una auténtica gozada poder disfrutar de esta joya botánica en este espacio tan bello como es La Nava.

Os animo a visitar esta zona y contemplar la variedad paisajística de esta ruta, que en unos pocos kilómetros de recorridos nos presenta bosques de pino carrasco, encinares, prados verdes de alta montaña, zonas casi despobladas de vegetación, aulagares, cortados rocosos...

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